miércoles, 28 de enero de 2015

Comunicar la familia - JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES 2015

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA XLIX JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIAL
ES
Comunicar la familia:
ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor

El tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario –apenas celebrado– y otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre. En este contexto, he considerado oportuno que el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tuviera como punto de referencia la familia. En efecto, la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.

Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel (cf. Lc 1,39-56). «En cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”» (vv. 41-42).

Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre.

Después de llegar al mundo, permanecemos en un «seno», que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el «lugar donde se aprende a convivir en la diferencia» (Exort. ap. Evangelii gaudium, 66): diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. Es el vínculo el que fundamenta la palabra, que a su vez fortalece el vínculo. Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados (cf. 2 M 7,25.27). En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.

La experiencia del vínculo que nos «precede» hace que la familia sea también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración. Cuando la mamá y el papá acuestan para dormir a sus niños recién nacidos, a menudo los confían a Dios para que vele por ellos; y cuando los niños son un poco más mayores, recitan junto a ellos oraciones simples, recordando con afecto a otras personas: a los abuelos y otros familiares, a los enfermos y los que sufren, a todos aquellos que más necesitan de la ayuda de Dios. Así, la mayor parte de nosotros ha aprendido en la familia la dimensión religiosa de la comunicación, que en el cristianismo está impregnada de amor, el amor de Dios que se nos da y que nosotros ofrecemos a los demás.

Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría: del saludo de María y del salto del niño brota la bendición de Isabel, a la que sigue el bellísimo canto del Magnificat, en el que María alaba el plan de amor de Dios sobre ella y su pueblo. De un «sí» pronunciado con fe, surgen consecuencias que van mucho más allá de nosotros mismos y se expanden por el mundo. «Visitar» comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de sí misma, y las familias que hacen esto pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión, pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias.

La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y reconciliación en la sociedad.

A propósito de límites y comunicación, tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo; y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedoras con todos, a que no excluyan a nadie.

Además, en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición. Y esto también allí donde parece que prevalece inevitablemente el odio y la violencia, cuando las familias están separadas entre ellas por muros de piedra o por los muros no menos impenetrables del prejuicio y del resentimiento, cuando parece que hay buenas razones para decir «ahora basta»; el único modo para romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir.

Hoy, los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que «el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido» (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2012). La pueden favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro. Redescubriendo cotidianamente este centro vital que es el encuentro, este «inicio vivo», sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común.

El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto.

La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar. En este sentido, es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no sólo un problema o una institución en crisis. Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado. Narrar significa más bien comprender que nuestras vidas están entrelazadas en una trama unitaria, que las voces son múltiples y que cada una es insustituible.

La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro.

Vaticano, 23 de enero de 2015
Vigilia de la fiesta de San Francisco de Sales.
Francisco

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/communications/documents/papa-francesco_20150123_messaggio-comunicazioni-sociali.html


martes, 20 de enero de 2015

Call me Francesco - Il Papa della Gente

 Synopsis
El film cuenta la historia del joven Jorge en Argentina para seguir el fascinante viaje que lo acompaña hasta convertirse en el Papa actual. A través de un lente muy singular, el de Jorge Bergoglio, vamos a ver cómo fueron sus inicios, su formación y como él veía los distintos eventos de la vida histórica de la Argentina. Como muchos argentinos, Bergoglio vivió en épocas de peronismo, de dictaduras, de desaparecidos, de crímenes a miembros de la iglesia y de injusticia social. En muchos de esos sucesos él estuvo como observador y en otros le toco jugar un papel preponderante. Todos estos eventos lo han formado para ser El Papa que hoy todos admiramos.

 Locaciones

La película será rodada durante 6 semanas en Buenos Aires, Salta, Munich, y Roma. En Argentina trabajaran entre técnicos actores y servicios para la producción más de 400 personas sin tener en cuenta los más de 1000 extras para las escenas multitudinarias.

Inversión
Se calcula que el presupuesto total de la película con el rodaje en los 3 países ascenderá a 12.000.000 de dólares aproximadamente.

 Estreno

17 de diciembre de 2015

Productora Italiana/ Tao Due Film company
Taodue Film fue fundada en 1991 por Pietro Valsecchi y Camila Nesbitt. Luego de 10 años de cine de la más alta calidad, Taodue se torno al mundo televisivo produciendo series de televisión de gran éxito como "Il Capo dei Capi", "Karol", "Ris", “Distretto di Polizia”, “Ultimo”, “Il Tedicesimo Apostolo”, “Le mani dentro la città”, “Benvenuti a Tavola”,“Squadra Antimafia”. Además realizó numerosas obras para cine como "El Gran Sueño" dirigida por Michele Placido, "I soliti idioti" y tres películas con record de taquilla de Checco Zalone.
Siempre bajo la dirección de Pietro Valsecchi y Camilla Nesbitt, Taodue está actualmente involucrado en varias producciones nacionales y se prepara para debutar en el mercado internacional con esta película sobre la vida del Papa Francisco
Productora Argentina/ Metropolis Films
Fundada en 1991, Metropolis Films pasó de ser una pequeña productora local a transformarse en una red internacional de producción audiovisual.
En 2003, Metropolis Films fundó un departamento de servicios de producción enfocado al mercado europeo y a países como Australia, Canadá y los Estados Unidos, y en 2006, abrió oficinas en Buenos Aires, ofreciendo sus servicios a mercado local e internacional. Diversificando sus servicios, incluyó producción de episodios para The Amazing Race CBS TV / MTV Road Rules y Challenge Rivals  y servicios para largometrajes como Miami Vice de Universal Pictures / Michael Mann, Zoop in South America, para Endemol / NL Film Holanda y Am Kap der Liebe de Phoenix Film, así como producción de documentales para HBO, National Geographic, TheHistory Channel y Discovery Channel.
A partir del año 2007, además de todos los servicios ofrecidos, Metropolis Films empezó a desarrollar y coproducir largometrajes, documentales y contenidos para su distribución en salas cinematográficas y canales de televisión. ¨entre sus producciones locales se encuentra el documental ¨Hit¨, (Claudia Abend 2010), la muy premiada opera prima de Sergio Teubal “El Dedo¨ (2011). La serie de cortometrajes de futbol ¨The world champions stories¨, co producida con los 8 países campeones de la copa del mundo de futbol. Co-produjo señales junto a Yair Dori, y Madraza (Hernán Aguilar) de próximo estreno.
Hoy Metrópolis Films complementa servicios de producción con avanzadas instalaciones, cubriendo todo Latinoamérica y el Caribe.

ELENCO
Jorge Bergoglio: Rodrigo de la serna
Alicia Olivera: Muriel Santa Ana
Esther Balestrino: Mercedes Moran
Monseñor Angelelli: Pompeyo Audivert
Director
Daniel Luchetti: Director

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Raquel Flotta Prensa & Comunicaciones 
Av. Córdoba 1606, piso 10 depto D
2004-4147 
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