lunes, 29 de junio de 2015

MISIONEROS DE LA PAZ

ESTIMADOS AMIGOS quiero compartir con Ustedes la emoción de recibir el próximo Viernes 24 de Julio en el Salón Azul del Senado de la Nación Argentina, el premio MISIONEROS DE LA PAZ, otorgado por el Centro de Planeamiento Estratégico para la Seguridad Social. 
ADRIAN DE ANGELIS 


 CABA, 27 de junio de 2015

De mi mayor consideración

               Me dirijo a usted con el fin de invitarlo a participar de la presentación de la «Revista Acción de Paz»  el día viernes 24 de julio de 2015 a las 17hs. en el Salón Azul  del Senado de la Nación Argentina, sito en Hipólito Irigoyen 1849 CABA.

                En esta ocasión también realizaremos la entrega de «Premios Misioneros de la Paz» por lo que esperamos contar con su presencia, ya que en esta oportunidad el equipo de Acción de Paz, área del Centro de Planeamiento Estratégico para la Seguridad Social, pretende  reconocerlo con el galardón por su aporte con el articulo para la Revista Acción de Paz y por ser un eslabón más de esta cadena de unión en la construcción de la Paz.

                 Puede descargar gratis la revista, como así también escuchar los programas de radio y leer las principales noticias desde nuestra web www.cpess.blogspot.com.ar

                Ante cualquier sugerencia o inquietud no dude en comunicarse conmigo será un gusto atenderlo, mis celulares 1169938810 // 1165912488 //  id 612*4753 // correo a cpess@live.com.ar

                 Le pido de ser tan amable, si puede confirmar la recepción de este mensaje y si podrá asistir al evento, ya que tenemos que terminar todos los últimos preparativos y pasar a la seguridad del Palacio la lista de los invitados.

                 Le mando un fuerte abrazo y muchas bendiciones.

             Atte.

PERIODISTA ALEJANDRO D'ALESSANDRO
PRESIDENTE CPESS
DIPLOMADO INTERNACIONAL EN SEGURIDAD SOCIAL
EMBAJADOR PARA LA PAZ
CONDUCTOR DE SIN FRONTERAS Y ACCION DE PAZ
DIRECTOR DE LA REVISTA ACCION DE PAZ


miércoles, 24 de junio de 2015

VALORES de FRANCISCO



A través de SCHOLAS OCURRENTES www.scholasoccurrentes.org se seleccionaron diferentes valores abarcados por el SANTO PADRE FRANCISCO durante estos dos primeros años de PONTIFICADO. Una LUZ, una ESPERANZA.

A continuación transcribimos el pensamiento de futuros periodistas sobre esos temas, siguiendo las enseñanzas de nuestro PAPA FRANCISCO.



EL ESFUERZO por ENRIQUE BASSO

Se dice que “quien no ha dado todo, no ha dado nada”.
De eso se trata el esfuerzo; dejar todo, dar todo lo mejor de uno ante cualquier emprendimiento.
Emprender es proyectar, proyectar es vivir, es avanzar y es crecer; y todo esto conlleva esfuerzos. Y la mejor recompensa que uno puede recibir reside en ese esfuerzo y no en el resultado. Este podrá variar, a veces en positivo y otras en negativo, pues no siempre ganamos. Pero lo que no debe variar es la satisfacción de sentir que en el camino hemos dado todo.
Nuestro esfuerzo es la mejor gratitud y el mejor regalo que nos podemos hacer a nosotros mismos.


LA FAMILIA por GEOVANNA SOBERON

LA FAMILIA S.A. Se puede decir que la Familia es sinónimo de una compañía.
Una compañía diferente, sin fines de lucro, donde el objetivo es ayudarnos, dar soporte, consuelo y sobre todo amor. En si, la Familia es eso, una compañía de amor.
Un grupo de personas que están “en las buenas y en las malas”.
Los amigos, vecinos, maestros, compañeros, muchos entran y salen de nuestra vida a través de los años, algunos se quedan y son considerados una especie de familia también. Pero no se quedan para siempre, llegan y se van, dejando un recuerdo, pero solo un tipo de familia es para siempre; es esa compañía que te vio crecer, la que llevamos en el corazón. 



LA SOLIDARIDAD por JORGE PENA

En este mundo en que vivimos no estamos solos. La Vida nos presenta numerosas dificultades que no siempre podemos resolver en forma autónoma.
Necesitamos de los otros. De nuestro prójimo. Y al mismo tiempo, los demás necesitan nuestra ayuda.
Tener en cuenta a quienes nos rodean, hace que la vida sea mejor y más llevadera.
Nuestras acciones afectan a las personas y al medio ambiente.
Que nos importe el otro; que no estemos distraídos ante el sufrimiento de otro ser humano como nosotros; que no nos sean ajenas las dificultades de nuestros hermanos: eso es lo que llamamos SOLIDARIDAD.


LA ALEGRIA por LUIS ANGEL CIAMPOLI

Decía mi madre, que la mejor forma de comenzar el día, es con una sonrisa, a pesar de que teníamos que ir a la escuela, y si no podíamos con una sonrisa, la reemplazábamos con una palabra cariñosa, o de aliento o con una palmada en el hombro. De esta simple manera empezar el día con una alegría resultaba tarea fácil. Han pasado los años y comprobé que mi mama tenia razón. Ahora que ya no esta, extraño profundamente su ausencia y la compenso con una sonrisa acordándome de ella. ¡Buen día mama!. Gracias.

LA DIVERSIDAD por LUISA CHACON

La Diversidad es fundamental porque esta en todos los ambientes. Esta presente en forma natural y es importante que sea respetada por todos y así evitar conflictos por las diferencias. No hay que dar lugar a la intolerancia porque producen guerras y conflictos sociales.

EL CORAJE por MARIO BECERRA

Esta palabra me lleva a reflexionar sobre la valentía, la decisión y el apasionamiento que se debe tener para afrontar los distintos escollos que nos presenta la Vida.
Coraje es el que tiene una madre para criar a sus hijos y alejarlos de las drogas y el alcohol.
Coraje es el que tiene un trabajador que sale cada mañana en viajes interminables para poder llevar un plato de comida a su hogar.
Coraje es el de un estudiante que se esfuerza para cambiar su destino, apasionándose por lo que hace y tomando la decisión de ser cada día mejor.
Coraje es el que debemos tener cada uno de nosotros para no caer en tentaciones que a diario se nos presentan y que nos pueden llevar por caminos equivocados.

LA CREATIVIDAD por MICAELA BALLEJO

La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas y/o capacidad para crear un determinado proyecto, juego, disciplina, etc.
La creatividad va de la mano de la imaginación, ya que para crear algo, la imaginación es lo que te lleva a hacerlo y llevarlo a cabo.
Cuando ya se tiene pensado que se va a hacer es donde la creatividad se empieza a expandir mas, porque, van surgiendo nuevas ideas, ya que se ve que va creciendo lo que uno había creado en su cabeza y empieza a querer crear mas y mas para que el resultado final sea mejor del que uno había imaginado.
Si una persona crea lo que sueña, aunque sea una mínima cosa es una persona feliz ya que esta creando algo que le gusta.

LA SOLIDARIDAD por RAQUEL MARIA ARRIGHI

Si a ella nos referimos, en la actualidad, se ve de diversas maneras, cuando el ser humano, necesita de una ayuda, y la sabe pedir, se les brinda como por arte de magia, todas las bondades del prójimo. Del mismo modo se hace referencia, en los hospitales, donde más se ve la solidaridad, sobre todo en las guardias, donde los médicos brindan todo su ser y compañerismo; lo he visto y presenciado, cuando he asistido a tres medicas, brindando mis servicios como profesora de ingles, en esa institución y he visto pasar gente en muy mal estado de salud y sobre todo me refiero a la guardia de los días lunes, que es cuando yo personalmente asisto a dar clases de idiomas.
Desde ese punto, para mí es donde más se puede hacer hincapié al hablar de solidaridad, donde la palabra se hace realidad.

LA ALEGRIA por SARA DASSAT

Esta tarde vamos a compartir un tema que es esencial: la alegría. Esa alegría profunda, que esta dentro de nosotros, y que aflora a la mañana naturalmente cuando nos despertamos, que no es fruto de un momento alegre, sino que es fruto de una vida vivida con intensidad teniendo en cuenta los valores esenciales, la serenidad, la generosidad, la valentía, la perseverancia, el pensar en el otro, en ver cuan rico somos con todo lo que Dios nos regala, y que a veces como lo tenemos no nos damos cuenta.
La alegría es la sonrisa que sale de nosotros con solo encontrarnos con otra persona.

LA AMISTAD por VANESA JIMÉNEZ

La amistad es lo que puedes brindar a otra persona por medio de la confianza, la sinceridad y el amor.
Hay una diferencia entre ser amigos y conocidos, para llegar a formar una verdadera amistad, a veces se necesita de tiempo para conocer otra persona o simplemente a veces se tiene un vinculo único que basta para comenzar el camino de la amistad.

En el transcurso de vida vas a tener a muchos que te brinden estos sentimientos comenzando desde tus padres, hermanos y familia en general, otros que van apareciendo en tu vida y van siendo parte de ella, y por mas que duren el tiempo que duren comparten tus buenos y no tan buenos momentos, y están en situaciones que necesitas, como diría la frase “los verdaderos amigos deben estar en los momentos que mas los necesitas”.

lunes, 22 de junio de 2015

LAUDATO SI’ - PAPA FRANCISCO

CARTA ENCÍCLICA

LAUDATO SI’
DEL SANTO PADRE FRANCISCO
SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

MAPA para los PERIODISTAS
Este texto se ofrece como apoyo para una primera lectura de la Encíclica, ayudando a tener una visión de conjunto y detectar las líneas de fondo. Las primeras dos páginas presentan la Laudato si' en conjunto, y luego cada página corresponde a un capítulo, señala su objetivo y reproduce algunos párrafos clave. Los números entre paréntesis remiten a los párrafos de la Encíclica. En las últimas dos páginas se recoge el índice completo.

Una visión general

«¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?» (n. 160). Esta pregunta está en el centro de Laudato si', la esperada Encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común. Y continúa: «Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede plantear la cuestión de modo fragmentario», y nos conduce a interrogarnos sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: «¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra?»: si no nos planteamos estas preguntas de fondo -dice el Pontífice - «no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan obtener resultados importantes».

La Encíclica toma su nombre de la invocación de san Francisco, «Laudato si', mi' Signare», que en el Cántico de las creaturas recuerda que la tierra, nuestra casa común, «es también como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos» (1). Nosotros mismos «somos tierra (cfr Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está formado por elementos del planeta, su aire nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura» (2).

Pero ahora esta tierra maltratada y saqueada clama (2) y sus gemidos se unen a los de todos los abandonados del mundo. El Papa Francisco nos invita a escucharlos, llamando a todos y cada uno -individuos, familias, colectivos locales, nacionales y comunidad internacional- a una "conversión ecológica", según expresión de San Juan Pablo II, es decir, a «cambiar de ruta», asumiendo la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta ante el «cuidado de la casa común». Al mismo tiempo, el Papa Francisco reconoce que «se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta» (19), permitiendo una mirada de esperanza que atraviesa toda la Encíclica y envía a todos un mensaje claro y esperanzado: «La humanidad tiene aún la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común» (13); «el ser humano es todavía capaz de intervenir positivamente» (58); «no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, pueden también superarse, volver a elegir el bien y regenerarse» (205).

El Papa Francisco se dirige, claro está, a los fieles católicos, retomando las palabras de San Juan Pablo II: «los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fe» (64), pero se propone «especialmente entrar en diálogo con todos sobre nuestra casa común» (3): el diálogo aparece en todo el texto, y en el capítulo 5 se vuelve instrumento para afrontar y resolver los problemas. Desde el principio el Papa Francisco recuerda que también «otras Iglesias y Comunidades cristianas -como también otras religiones- han desarrollado una profunda preocupación y una valiosa reflexión» sobre el tema de la ecología (7). Más aún, asume explícitamente su contribución a partir de la del «querido Patriarca Ecuménico Bartolomé» (7), ampliamente citado en los nn. 8-9. En varios momentos, además, el Pontífice agradece a los protagonistas de este esfuerzo -tanto individuos como asociaciones o instituciones-, reconociendo que «la reflexión de innumerables científicos, filósofos, teólogos y organizaciones sociales [ha] enriquecido el pensamiento de la Iglesia sobre estas cuestiones» (7) e invita a todos a reconocer «la riqueza que las religiones pueden ofrecer para una ecología integral y para el desarrollo pleno del género humano» (62).

El recorrido de la Encíclica está trazado en el n. 15 y se desarrolla en seis capítulos. A partir de la escucha de la situación a partir de los mejores conocimientos científicos disponibles hoy (cap. 1), recurre a la luz de la Biblia y la tradición judeo-cristiana (cap. 2), detectando las raíces del problema (cap. 3) en la tecnocracia y el excesivo repliegue autorreferencial del ser humano. La propuesta de la Encíclica (cap. 4) es la de una «ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales» (137), inseparablemente vinculadas con la situación ambiental. En esta perspectiva, el Papa Francisco propone (cap. 5) emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión transparentes. Y recuerda (cap. 6) que ningún proyecto puede ser eficaz si no está animado por una conciencia formada y responsable, sugiriendo principios para crecer en esta dirección a nivel educativo, espiritual, eclesial, político y teológico. El texto termina con dos oraciones, una que se ofrece para ser compartida con todos los que creen en «un Dios creador omnipotente» (246), y la otra propuesta a quienes profesan la fe en Jesucristo, rimada con el estribillo «Laudato si'», que abre y cierra la Encíclica.

El texto está atravesado por algunos ejes temáticos, vistos desde variadas perspectivas, que le dan una fuerte coherencia interna: «la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.» (16).

Capítulo 1º - «Lo que le está pasando a nuestra casa»

El capítulo asume los descubrimientos científicos más recientes en materia ambiental como manera de escuchar el clamor de la creación, para «convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar» (19). Se acometen así «varios aspectos de la actual crisis ecológica» (15).

El cambio climático: «El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad» (25). Si «El clima es un bien común, de todos y para todos» (23), el impacto más grave de su alteración recae en los más pobres, pero muchos de los que «tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas» (26): «La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil» (25).

La cuestión del agua: El Papa afirma sin ambages que «el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos». Privar a los pobres del acceso al agua significa «negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable» (30).

La pérdida de la biodiversidad: «Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre» (33). No son sólo eventuales "recursos" explotables, sino que tienen un valor en sí mismos. En esta perspectiva «son loables y a veces admirables los esfuerzos de científicos y técnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano», pero esa intervención humana, cuando se pone al servicio de las finanzas y el consumismo, «hace que la tierra en que vivimos se vuelva menos rica y bella, cada vez más limitada y gris» (34).

La deuda ecológica: en el marco de una ética de las relaciones internacionales, la Encíclica indica que existe «una auténtica deuda ecológica» (51), sobre todo del Norte en relación con el Sur del mundo. Frente al cambio climático hay «responsabilidades diversificadas» (52), y son mayores las de los países desarrollados.

Conociendo las profundas divergencias que existen respecto a estas problemáticas, el Papa Francisco se muestra profundamente impresionado por la «debilidad de las reacciones» frente a los dramas de tantas personas y poblaciones. Aunque no faltan ejemplos positivos (58), señala «un cierto adormecimiento y una alegre irresponsabilidad» (59). Faltan una cultura adecuada (53) Y la disposición a cambiar de estilo de vida, producción y consumo (59), a la vez que urge «crear un sistema normativo que [ ... ] asegure la protección de los ecosistemas» (53).


Capítulo 2º - El Evangelio de la creación

Para afrontar la problemática ilustrada en el capítulo anterior, el Papa Francisco relee los relatos de la Biblia, ofrece una visión general que proviene de la tradición judea-cristiana y articula la «tremenda responsabilidad» (90) del ser humano respecto a la creación, el lazo íntimo que existe entre todas las creaturas, y el hecho de que «el ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos» (95).

En la Biblia, «el Dios que libera y salva es el mismo que creó el universo», y «en Él se conjugan el cariño y el vigor» (73). El relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y las demás criaturas, y sobre cómo el pecado rompe el equilibrio de toda la creación en su conjunto. «Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. Según la Biblia, las tres relaciones vitales se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado» (66).
Por ello, aunque «si es verdad que algunas veces los cristianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las demás criaturas» (67). Al ser humano le corresponde «"labrar y cuidar" el jardín del mundo (d. Gn 2,15)>> (67), sabiendo que «el fin último de las demás criaturas no somos nosotros. Pero todas avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, hacia el término común, que es Dios» (83).

Que el ser humano no sea patrón del universo «no significa igualar a todos los seres vivos y quitarle al ser humano ese valor peculiar» que lo caracteriza ni «tampoco supone una divinización de la tierra que nos privaría del llamado a colaborar con ella y a proteger su fragilidad» (90). En esta perspectiva «todo ensañamiento con cualquier criatura "es contrario a la dignidad humana"» (92), pero «no puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos» (91). Es necesaria la conciencia de una comunión universal: «creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, [ ... ] que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde» (89).

Concluye el capítulo con el corazón de la revelación cristiana: el «Jesús terreno» con su «relación tan concreta y amable con las cosas» está «resucitado y glorioso, presente en toda la creación con su señorío universal» (100).

Capítulo 3º - La raíz humana de la crisis ecológica

Este capítulo presenta un análisis de la situación actual «de manera que no miremos sólo los síntomas sino también las causas más profundas» (15), en un diálogo con la filosofía y las ciencias humanas.

Un primer fundamento del capítulo son las reflexiones sobre la tecnología: se le reconoce con gratitud su contribución al mejoramiento de las condiciones de vida (102-103), aunque también da «a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero» (104). Son justamente las lógicas de dominio tecnocrático las que llevan a destruir la naturaleza y a explotar a las personas y las poblaciones más débiles. «El paradigma tecnocrático también tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política» (109), impidiendo reconocer que «el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social» (109).

En la raíz de todo ello puede diagnosticarse en la época moderna un exceso de antropocentrismo (116): el ser humano ya no reconoce su posición justa respecto al mundo, y asume una postura autorreferencial, centrada exclusivamente en sí mismo y su poder. De ello deriva una lógica "usa y tira" que justifica todo tipo de descarte, sea éste humano o ambiental, que trata al otro y a la naturaleza como un simple objeto y conduce a una infinidad de formas de dominio. Es la lógica que conduce a la explotación infantil, el abandono de los ancianos, a reducir a otros a la esclavitud, a sobrevalorar las capacidades del mercado para autorregularse, a practicar la trata de seres humanos, el comercio de pieles de animales en vías de extinción, y de "diamantes ensangrentados". Es la misma lógica de muchas mafias, de los traficantes de órganos, del narcotráfico y del descarte de niños que no responde al deseo de sus padres padres (123).

Desde esta perspectiva, la Encíclica afronta dos problemas cruciales para el mundo de hoy. En primer lugar, el trabajo: «En cualquier planteo sobre una ecología integral, que no excluya al ser humano, es indispensable incorporar el valor del trabajo» (124), pues «Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad». (128)

En segundo lugar, los límites del progreso científico, con clara referencia a los OGM (132-136), que son «una cuestión ambiental de carácter complejo» (135). Si bien «en algunas regiones su utilización ha provocado un crecimiento económico que ayudó a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadas» (134), por ejemplo «una concentración de tierras productivas en manos de pocos» (134). El Papa Francisco piensa en particular en los pequeños productores y en los trabajadores del campo, en la biodiversidad, en la red de ecosistemas. Es por ello necesario asegurar «una discusión científica y social que sea responsable y amplia, capaz de considerar toda la información disponible y de llamar a las cosas por su nombre», a partir de «líneas de investigación libre e interdisciplinaria» (135).


Capítulo 4º - Una ecología integral

El núcleo de la propuesta de la Encíclica es una ecología integral como nuevo paradigma de justicia, una ecología que «incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea» (15). De hecho no podemos «entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida» (139). Esto vale para todo lo que vivimos en distintos campos: en la economía y en la política, en las distintas culturas, en especial las más amenazadas, e incluso en todo momento de nuestra vida cotidiana.

La perspectiva integral incorpora también una ecología de las instituciones. «Si todo está relacionado, también la salud de las instituciones de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana: "Cualquier menoscabo de la solidaridad y del civismo produce daños ambientales"» (142).

Con muchos ejemplos concretos el Papa Francisco ilustra su pensamiento: hay un vínculo entre los asuntos ambientales y cuestiones sociales humanas, y ese vínculo no puede romperse. Así pues, «el análisis de los problemas ambientales es inseparable del análisis de los contextos humanos, familiares, laborales, urbanos, y de la relación de cada persona consigo misma» (141), porque «no hay dos crisis separadas, una ambiental y la otra social, sino una única y compleja crisis socio-ambiental» (139).

Esta ecología ambiental «es inseparable de la noción de bien común» (156), que debe comprenderse de manera concreta: en el contexto de hoy en el que «donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descarta bies, privadas de derechos humanos básicos», esforzarse por el bien común significa hacer opciones solidarias sobre la base de una «opción preferencial por los más pobres» (158). Este es el mejor modo de dejar un mundo sostenible a las próximas generaciones, no con las palabras, sino por medio de un compromiso de atención hacia los pobres de hoy como había subrayado Benedicto XVI: «además de la leal solidaridad intergeneracional, se ha de reiterar la urgente necesidad moral de una renovada solidaridad intrageneracional» (162).

La ecología integral implica también la vida cotidiana, a la cual la Encíclica dedica una especial atención, en particular en el ambiente urbano. El ser humano tiene una enorme capacidad de adaptación y «es admirable la creatividad y la generosidad de personas y grupos que son capaces de revertir los límites del ambiente, [ ... ] aprendiendo a orientar su vida en medio del desorden y la precariedad» (148). Sin embargo, un desarrollo auténtico presupone un mejoramiento integral en la calidad de la vida humana: espacios públicos, vivienda, transportes, etc. (150-154).

También «nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común; mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio» (155).

Capítulo 5º - Algunas líneas orientativas y de acción

Este capítulo afronta la pregunta sobre qué podemos y debemos hacer. Los análisis no bastan: se requieren propuestas «de diálogo y de acción que involucren tanto a cada uno de nosotros como a la política internacional» (15) y «que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo» (163). Para el Papa Francisco es imprescindible que la construcción de caminos concretos no se afronte de manera ideológica, superficial o reduccionista. Para ello es indispensable el diálogo, término presente en el título de cada sección de este capítulo: «Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difícil alcanzar consensos. [ ... ]la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero [yo] invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común" (188)

Sobre esta base el Papa Francisco no teme formular un juicio severo sobre las dinámicas internacionales recientes: «las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos y eficaces» (166). Y se pregunta «¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo? (57). Son necesarios, como los Pontífices han repetido muchas veces a partir de la Pacem in terris, formas e instrumentos eficaces de gobernanza global (175): «necesitamos un acuerdo sobre los regímenes de gobernanza global para toda la gama de los llamados "bienes comunes globales"» (174), dado que «"la protección ambiental no puede asegurarse sólo en base al cálculo financiero de costos y beneficios. El ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos del mercado no son capaces de defender o de promover adecuadamente"» (190, que cita las palabras del Compendio de la doctrina social de la Iglesia).

Igualmente en este capítulo, el Papa Francisco insiste sobre el desarrollo de procesos decisionales honestos y transparentes, para poder "discernir" las políticas e iniciativas empresariales que conducen a un «auténtico desarrollo integral» (185). En particular, el estudio del impacto ambiental de un nuevo proyecto «requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente» (182).

La llamada a los que detentan encargos políticos es particularmente incisiva, para que eviten «la lógica eficientista e inmediatista» (181) que hoy predomina. Pero «si se atreve a hacerlo, volverá a reconocer la dignidad que Dios le ha dado como humano y dejará tras su paso por esta historia un testimonio de generosa responsabilidad» (181).

Capítulo 6º - Educación y espiritualidad ecológica

El capítulo final va al núcleo de la conversión ecológica a la que nos invita la Encíclica. La raíz de la crisis cultural es profunda y no es fácil rediseñar hábitos y comportamientos. La educación y la formación siguen siendo desafíos básicos: «todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo» (15). Deben involucrarse los ambientes educativos, ante todo «la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis» (213).

El punto de partida es "apostar por otro estilo de vida" (203-208), que abra la posibilidad de «ejercer una sana presión sobre quienes detentan el poder político, económico y social» (206). Es lo que sucede cuando las opciones de los consumidores logran «modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción» (206).

No se puede minusvalorar la importancia de cursos de educación ambiental capaces de cambiar los gestos y hábitos cotidianos, desde la reducción en el consumo de agua a la separación de residuos o el «apagar las luces innecesarias» (211). «Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo» (230). Todo ello será más sencillo si parte de una mirada contemplativa que viene de la fe. «Para el creyente, el mundo no se contempla desde afuera sino desde adentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres. Además, haciendo crecer las capacidades peculiares que Dios le ha dado, la conversión ecológica lleva al creyente a desarrollar su creatividad y su entusiasmo» (220).

Vuelve la línea propuesta en la Evangelii Gaudium: «La sobriedad, que se vive con libertad y conciencia, es liberadora» (223), así como «la felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida» (223). De este modo se hace posible «sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos» (229).

Los santos nos acompañan en este camino. San Francisco, mencionado muchas veces, es el «ejemplo por excelencia del cuidado por lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría» (10). Pero la Encíclica recuerda también a San Benito, Santa Teresa de Lisieux y al beato Charles de Foucauld.

Después de la Laudato si', el examen de conciencia -instrumento que la Iglesia ha aconsejado para orientar la propia vida a la luz de la relación con el Señor- deberá incluir una nueva dimensión, considerando no sólo cómo se vive la comunión con Dios, con los otros y con uno mismo, sino también con todas las creaturas y la naturaleza.

INDICE
Laudato si' mi' Signare (1-2)
Nada de este mundo nos es indiferente (3-6) Unidos por la misma preocupación (7-9)
San Francisco de Asís (10-12)
Mi llamado (13-16)

Capítulo primero
Lo que le está pasando a nuestra casa

I. Calentamiento global y contaminación
           Contaminación, basura y cultura del descarte (20-22)
           El clima como bien común (23-26)
II. La cuestión del agua (27-31)
III. Pérdida de biodiversidad (32-42)
IV. Deterioro de la calidad de la vida humana y decadencia social (43-47)
V. Inequidad planetaria (48-52)
VI. La debilidad de las reacciones (53-59)
VII. Diversidad de opiniones (60-61)

Capítulo segundo
El evangelio de la creación (62)

I. La luz que ofrece la fe (63-64)
II. La sabiduría de los relatos bíblicos (65-75)
III. El misterio del universo (73-83)
IV. El mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado (84-88)
V. Una comunión universal (89-92)
VI. El destino común de los bienes (93-95)
VII. La mirada de Jesús (96-100)

Capítulo tercero
La raíz humana de la crisis ecológica (101)

I. La tecnología: creatividad y poder (102-105)
II. La globalización del paradigma tecnológico (106-114)
III. Crisis y consecuencias del antropocentrismo moderno (115-121)
              4.1. El relativismo práctico (122-123)
              4.2. La necesidad de preservar el trabajo (124-129)
              4.3. La innovación biológica a partir de la investigación (130-136)

Capítulo cuarto
Una ecología integral (137)

1.            Ecología ambiental, económica y social (138-142)
2.         La ecología cultural (143-146)
3.         La ecología humana y el espacio de la vida cotidiana (147-155)
4.         El principio del bien común (156-158)
5.         Una justicia intergeneracional bien entendida (159-162)

                                                                    Capítulo quinto
                                                Algunas líneas de orientación y acción (163)

I. El diálogo sobre el ambiente en la política internacional (164-175)
II. El diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales (176-181)
III. Favorecer debates sinceros y honestos (182-188)
IV. Política y economía en diálogo para la plenitud humana (189-198)
V. Las religiones en el diálogo con las ciencias (199-201)

Capítulo sexto
Educación y espiritualidad ecológica (202)

1.         Apostar por otro estilo de vida (203-208)
2.            Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente (209-215)
3.         La conversión ecológica (216-221)
4.         Gozo y paz (222-227)
5.         El amor civil y político (228-232)
6.         Los signos sacramentales y el descanso celebrativo (233-237)
7.         La Trinidad y la relación entre las criaturas (238-240)
8.         La Reina de todo lo creado (241-242)
9.         Más allá del sol (243-246)

Oración interreligiosa por nuestra tierra
Oración cristiana con la creación


miércoles, 10 de junio de 2015

CIEN AÑOS de las HIJAS DE SAN PABLO

Estimados Amigos. Con mucha alegría, les participamos e invitamos a la celebración Eucaristía que con motivo de los "Cien años de las Hijas de San Pablo" se realizará en la Catedral Metropolitana, el 13 de Junio a las 17.30 horas y será presidida por el Cardenal Mario Poli. Desde ya nuestra gran acción de gracias y deseando encontrarnos. Los saludamos. Hijas de San Pablo.

viernes, 5 de junio de 2015

CORPUS CHRISTI 2015




Solemnidad del Corpus Christi: La Eucaristía no es un premio para los buenos
Ciudad del Vaticano, 5 de junio de 2015 (VIS).- Ayer, en la Solemnidad del Cuerpo y la Sandre de Cristo (Corpus Christi), el Santo Padre celebró la santa misa ante miles de personas en la basílica de San Juan de Letrán. Finalizada la Eucaristía comenzó la procesión, presidida por el cardenal Agostino Villani, vicario de Su Santidad para la diócesis de Roma, que recorrió la Via Merulana hasta llegar a la basílica de Santa María la Mayor donde el Papa impartió la bendición solemne con el Santísimo Sacramento.
En la homilía el Obispo de Roma recordó que en la Última Cena, Jesús nos da su Cuerpo y su Sangre, mediante el pan y el vino, para dejarnos el memorial de su sacrificio de amor infinito y a través de ese viático los discípulos tienen todo lo necesario para su camino a lo largo de la historia y para hacer llegar a todos el Reino de Dios. Así lo demuestra el Responsorio de la segunda lectura de hoy que dice: ''Tomad y comed el cuerpo de Cristo, bebed su sangre: porque ahora sois miembros de Cristo. Para no disgregaros, comed este vínculo de comunión; para no envileceros, bebed el precio de vuestro rescate''.
Francisco explicó que significaban hoy los términos ''disgregarse'', y ''envilecerse''. ''Nos disgregamos -dijo- cuando no somos dóciles a la Palabra del Señor, cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos por ocupar los primeros lugares... cuando no encontramos el valor para testimoniar la caridad, cuando no somos capaces de ofrecer esperanza. La Eucaristía permite que no nos disgreguemos, porque es vínculo de comunión y cumplimiento de la Alianza... El Cristo presente en medio de nosotros, en el signo del pan y del vino, exige que la fuerza del amor supere toda laceración, y al mismo tiempo que se convierta también en comunión con el más pobre, en apoyo para el débil, en atención fraterna con los que fatigan en llevar el peso de la vida cotidiana y están en peligro de perder la fe''.
Envilecerse, es decir ''aguar nuestra dignidad cristiana'' significa ''dejarse corroer por las idolatrías de nuestro tiempo: el aparecer, el consumir, el yo al centro de todo; pero también el ser competitivos, la arrogancia como actitud vencedora, el no admitir nunca que nos hemos equivocado o necesitamos algo. Todo esto nos envilece, nos vuelve cristianos mediocres, tibios, insípidos, paganos''.
''Jesús -prosiguió Francisco- derramó su Sangre como precio y lavacro para purificarnos de todos los pecados... para ser preservados del riesgo de la corrupción...La Sangre de Cristo...nos restituirá nuestra dignidad...Seremos sus ojos que van en busca de Zaqueo y de Magdalena, seremos su mano que socorre a los enfermos de cuerpo y de espíritu; seremos su corazón que ama a los necesitados de reconciliacion, de misericordia y de comprensión....Así aprendemos que la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino fuerza para los débiles, para los pecadores. Es el perdón, es el viático que nos ayuda a caminar''.
''Hoy, fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo -concluyó- tenemos no sólo la alegría de celebrar este misterio, sino también de alabarlo y cantarlo por las calles de nuestra ciudad. Que nuestra procesión al final de la Misa, exprese nuestro reconocimiento por todo el camino que Dios nos ha hecho recorrer a través del desierto de nuestras pobrezas, para sacarnos de la condición servil, nutriéndonos de su Amor mediante el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. Dentro de poco, mientras caminamos por las calles, sintámonos en comunión con tantos hermanos y hermanas nuestros que no tienen la libertad de expresar su fe en el Señor Jesús. Sintámonos unidos a ellos: cantemos con ellos, alabemos con ellos, adoremos con ellos. Y veneremos en nuestro corazón a esos hermanos y hermanas a los que se ha pedido el sacrificio de la vida por fidelidad a Cristo: Que su sangre, unida a la del Señor, sea prenda de paz y de reconciliación para el mundo entero''.
www.visnews.org

jueves, 4 de junio de 2015

UN MINUTO POR LA PAZ - Junto al PAPA FRANCISCO

UN MINUTO POR LA PAZ
Junto al Papa Francisco
Por segundo año consecutivo, y al cumplirse el primer aniversario del histórico encuentro entre el Papa Francisco y los presidentes de Israel y Palestina, organizaciones nacionales e internacionales invitan a dedicar Un Minuto por la Paz en todo el mundo, el lunes 8 de junio a las 13 hs.

Y estamos invitando a una rueda de prensa para este viernes 5 de junio, a las 12 hs, en el Convento Santa Catalina (San Martín y Viamonte) en la que se presentará esta propuesta desde la Comisión Episcopal de Comunicación Social a través de su presidente, Monseñor Santiago Olivera; el presidente de la Acción Católica Argentina, Emilio Inzaurraga; y Vicente Espeche Gil por la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

La Acción Católica Argentina (ACA) junto a la Comisión Nacional de Justicia y Paz (CNJP) y el Departamento de Laicos del Episcopado, entre otras asociaciones, en comunión con la Conferencia Episcopal Argentina, promueven nuevamente UN MINUTO POR LA PAZ para el lunes 8 de junio a las 13 hs.

La intención es que ese día, a las 13 hs, cada persona detenga sus actividades cotidianas, y dedique un minuto a reflexionar, a rezar y a comprometerse por la paz en todo el mundo, cada uno según su propia tradición. En el lugar donde esté, solo o acompañado, en la calle o en el templo, en su casa, en familia, en la escuela, en el trabajo, en la fábrica, en el campo, en el barrio, en la universidad. 

UN MINUTO POR LA PAZ es una propuesta simple, masiva, testimonial para ofrecer la oración y asumirnos como promotores de paz todavía quebrada o amenazada en muchas regiones del mundo.

Cabe recordar que el 8 de junio de 2014 tuvo lugar el histórico encuentro entre el Papa y los presidentes de Israel y Palestina, en el Vaticano, donde rezaron para “derribar los muros de la enemistad”.

Emilio Inzaurraga, presidente de la Acción Católica Argentina, explicó que “con Un Minuto por la Paz queremos ofrecer a todos esta oportunidad, este gesto, para animar la oración permanente y el compromiso con la Paz y la Misericordia”.

El dirigente agregó que “Desde el comienzo de su pontificado, el Papa Francisco no ha dejado de pedir a todos que recen por la paz. El compara este tiempo de violencia con una tercera guerra mundial “en cuotas y nos da testimonio de audacia y coraje para proponer a todos, aun en situaciones muy difíciles, el dialogo y la cultura del encuentro. No lo dejemos solo!”.

En el mensaje que se difunde a través de las redes sociales se invita a los destinatarios a que sumen su compromiso y oración permanente por la paz en todo el mundo, porque “para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra”.

La convocatoria es impulsada también por el Foro Internacional de la Acción Católica (FIAC), la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católica (UMOFC) y la Acción Católica Italiana, y cuenta con la adhesión del Diálogo Ciudadano, de Comunidades de Vida Cristiana, de la Asociación Cristiana de Jóvenes y de muchas organizaciones más.
Adhieren:
  • Centro Islámico de la República Argentina (CIRA)
  • Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)
  • Red Solidaria
Acción Católica Argentina
Telfax (011) 4331-6323
www.accioncatolica.org.ar 

PRENSA Comisión Nacional de Justicia y Paz
Cel: 11 5 934 1461
www.justiciaypaz.org

MISA por el DIA DEL PERIODISTA

NO SE OLVIDEN DE PREDICAR Y "PROCLAMAR DESDE LOS TECHOS el EVANGELIO EN LA ERA DE LA COMUNICACIÓN GLOBAL" - Juan Pablo II Mensaje Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2001-, iluminando con El, todas aquellas actividades y manifestaciones que tienen que ver con el ejercicio de INFORMAR y FORMAR a través de los medios masivos de comunicación, como asi también: 
-Realizar cualquier tipo de Acción solidaria, promover y apoyar toda obra benefactora y/o progresista por trascendencia social, 

-Resaltar y reconocer el esfuerzo silencioso para la consecución del bien común. 

-Reafirmar y difundir los valores Cristianos aplicados a sistemas de convivencia que propendan a la Unión de la Familia, el acceso a Fuentes de Trabajo y ámbitos de capacitación laboral.

-Ser propulsores de la PAZ, la VERDAD y la JUSTICIA.

-Ejercitar la piadosa virtud de proteger a los débiles.

-Promover en el campo del periodismo informativo y de opinión, tanto RADIAL, TELEVISIVO, PRENSA ESCRITA, EDUCACIÓN de la voz profesional e INTERNET, el ejercicio de las causas nobles, la búsqueda de la verdad, el respeto a la JUSTICIA, las INSTITUCIONES y el sentido de SOLIDARIDAD y ANTIDISCRIMINACIÓN de cualquier naturaleza.

El Día del Periodista fue establecido en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas patrióticas. El 7 de junio de 1810 Mariano Moreno fundó la "Gazeta de Buenos Ayres", primer periódico de la etapa independentista argentina. La Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

"¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?... Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gaceta de Buenos Aires".
(Mariano Moreno, Gaceta de Buenos Aires del 07 de Junio de 1810)



Que SAN JUAN PABLO II los GUIE por el CAMINO de la BUENA NOTICIA
FELIZ DIA PARA TODOS.